lunes, 23 de mayo de 2011

"Exposición", Conferencia de padres

   Hoy, aprovechando que estáis aquí algunos padres, quiero daros a conocer como nos podemos sentir los adolescentes día a día, específicamente en el terreno del uso de las normas.

   En este momento vivimos en un mundo que está regido por ellas, aunque no todo funciona demasiado bien, pero nunca nos hemos parado el tiempo suficiente para darnos cuenta de por qué sucede esto.

   Yo sí que he estado algunos días dándole vueltas a este tema, y he llegado al que podría ser el problema: ¿El uso de las normas nos hace más infelices?

   Vosotros, los padres, y algunos profesores soléis decirnos que con esta edad tenemos un carácter muy fuerte y que en ocasiones podemos llegar a ser muy tercos, pero no creo que ninguno de vosotros se haya dado cuenta de todas las normas que tenemos que cumplir en un solo día. Por la mañana el instituto y todo lo que esto conlleva y por la tarde, cuando estamos deseando de llegar a casa para intentar relajarnos, no nos queda más remedio que enfrentarnos a otra serie de normas, normas que si no cumplimos nos traerá más problemas de los que ya tenemos de por si. Con esto no intento justificar nuestro comportamiento en algunas ocasiones, ya que entiendo que en muchas situaciones debe ser muy difícil comprendernos. Aunque no lo parezca nosotros somos conscientes de que vosotros estáis jugando un papel muy importante.

   Con respecto a mi pregunta ¿ El uso de las normas nos hace más infelices? quiero que entendáis que no siempre podemos estar felices si las personas con las que estamos la mayor parte del día no nos lo facilitan y más aún sin ni siquiera tenemos libertad de expresión, que es el segundo punto del que os quiero hablar. Para que entendáis a lo que quiero llegar con esto último os voy a poner un ejemplo de un hecho que sucedió el otro día en clase

   Como cada día nosotros asistimos a clase, y debíamos fijar lo que iba a entrar en el examen que teníamos unos días después, entonces acordamos el temario que tendríamos que estudiar. Al día siguiente llegó esa profesora diciéndonos que lo que habíamos dicho que no entraría si que lo iba a hacer, sin razón ninguna, pero no lo hizo en un tono normal, siempre nos dejó claro que ella estaba por encima de nosotros por lo que nosotros no teníamos nada que decir. Algunos, como yo, levantamos la mano para expresar (desde nuestro punto de vista) lo que pensábamos hacia esto, ya que ninguno estábamos de acuerdo, pero cuando ella veía que nosotros teníamos razón nos mandaba callar sin darnos a penas la oportunidad de hablar.

   Y con esto...¿ Creéis que tenemos una educación que nos permita expresarnos? Parece ser que esto se aplica a la teoría y no a la práctica. Mediante la teoría nos queréis hacer saber que no vivimos como antiguamente porque en años anteriores la expresión estaba totalmente limitada, solo podían hacer uso de ella unos pocos, y que por suerte esto ha cambiado y ahora, al menos en este país, todos tenemos derecho a dar nuestra opinión y a expresar lo que sentimos, aunque como acabáis de ver esto no siempre se lleva a cabo.

   Que haya puesto un ejemplo sobre alguien del instituto no quiere decir que esto no suceda con los padres, aunque en este caso puede que nosotros, los hijos, intentemos aprovecharnos un poco más de la situación al haber más confianza, por lo que la justificación es menor.

   Para finalizar, decir que los objetivos de este discurso es hacerles comprender que hay muchas cosas que para nosotros no son fáciles, y por decirlo de alguna manera pues pediros un poco de ayuda para los años que todavía nos quedan en esta etapa.

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